¿Quiénes somos? ¿Y qué decimos cuando decimos 'yo'? A poco que repasemos nuestra biografía nos daremos cuenta de que no siempre fuimos los mismos, ni pensamos, ni sentimos, lo mismo... entonces que después. Y no sólo es el tiempo quien nos cambia. Esto, hasta cierto punto, sería razonable. Pero es que a cada momento nos damos cuenta de que nos encontramos condenados a la escisión y al desdoblamieto. Esto lo vio muy bien Amado Nervo en un poema que tituló "Arcanidad" y que bien pudiera haber titulado "Identidad":
Cuando me asomo a mí como a un cristal
diáfano, sí, mas insondable, siento
en redor un sutil vaho de enigma,
un glacial calosfrío de misterio...
¿Soy acaso uno solo o bien soy muchos?
¿Quién tiene autoridad en el colegio
discordante y al par disciplinado
de mis células, quién dice "yo quiero"?
¿Quién lucha cual Jacob con ese ángel
que anida de mí dentro?
¿Quién clama: "¡no!", mientras que clama: "¡sí!"
un instintivo no que yo detesto?
¡Qué necedad la de los que se imaginan
escudriñar las cosas!... ¡Si no vemos
jamás lo que en sí son las cosas!
Tontos
que edificáis sobre apariencias, necios
que investigáis el documento humano
(el más obscuro de los documentos),
¡y con cinco sentidos, siempre erróneos,
pretendéis calibrar el universo!
Cuando me asomo a mí como a un cristal
diáfano, sí, mas insondable, siento
en redor un sutil vaho de enigma,
un glacial calosfrío de misterio...
¿Soy acaso uno solo o bien soy muchos?
¿Quién tiene autoridad en el colegio
discordante y al par disciplinado
de mis células, quién dice "yo quiero"?
¿Quién lucha cual Jacob con ese ángel
que anida de mí dentro?
¿Quién clama: "¡no!", mientras que clama: "¡sí!"
un instintivo no que yo detesto?
¡Qué necedad la de los que se imaginan
escudriñar las cosas!... ¡Si no vemos
jamás lo que en sí son las cosas!
Tontos
que edificáis sobre apariencias, necios
que investigáis el documento humano
(el más obscuro de los documentos),
¡y con cinco sentidos, siempre erróneos,
pretendéis calibrar el universo!