¡Una limosnita, por amor de Dios! Así es como nos interpelaba la miseria en tiempos no tan remotos. O llamaban a la puerta, ¡Ave María Purísima!, y tras la respuesta, ¡Sin pecado concebida!, nos dirigía su súplica o su ruego. Un bollo de pan, una ropita para el niño, o lo que fuere.
Y un ¡Dios se lo pague!, finalmente, con el que el pedigüeño imploraba la justicia divina como fiadora última del préstamo.
Porque, en cierto modo, se trataba de un préstamo, y no de una dádiva a fondo perdido.
Hoy ya nadie pide nada por amor de Dios. Porque mentar a Dios es lo último que se le ocurre a un español de hoy. Ni los mendigos callejeros que han vuelto a inundar las calles de España, ni esos otros más o menos vergonzantes que acuden a los comedores de Cáritas. No quieren inspirar caridad, sólo lástima. Si es que no quieren provocar nuestras prisas para quitárnoslos de encima cuanto antes, dándoles unas pocas monedas.
Se invoca, todo lo más, la solidaridad, concepto en alza y quizás una variante de la fraternidad: liberté, égalité, fraternité.
Y es que se puede decir que hoy también la mendicidad se ha laicizado. Reflejo de los tiempos. La miseria sigue siendo la misma.
Y un ¡Dios se lo pague!, finalmente, con el que el pedigüeño imploraba la justicia divina como fiadora última del préstamo.
Porque, en cierto modo, se trataba de un préstamo, y no de una dádiva a fondo perdido.
Hoy ya nadie pide nada por amor de Dios. Porque mentar a Dios es lo último que se le ocurre a un español de hoy. Ni los mendigos callejeros que han vuelto a inundar las calles de España, ni esos otros más o menos vergonzantes que acuden a los comedores de Cáritas. No quieren inspirar caridad, sólo lástima. Si es que no quieren provocar nuestras prisas para quitárnoslos de encima cuanto antes, dándoles unas pocas monedas.
Se invoca, todo lo más, la solidaridad, concepto en alza y quizás una variante de la fraternidad: liberté, égalité, fraternité.
Y es que se puede decir que hoy también la mendicidad se ha laicizado. Reflejo de los tiempos. La miseria sigue siendo la misma.